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¿Qué es la Carta de Libertad?

Autor: Said Silvestre
Fecha de publicación: septiembre 23, 2020

El deporte profesional es un mundo hipercompetitivo donde todos los equipos, todos los conjuntos, quieren tener a los mejores jugadores en sus filas para obtener los mejores resultados. Gracias a los contratos millonarios con marcas y a las retransmisiones de las competiciones a todo el mundo, los equipos pueden gastarse auténticas fortunas en fichar a los jugadores estrella, y luego pagarles también un dineral abusivo que los convierten en auténticos multimillonarios de la noche a la mañana. Lo vemos en el fútbol, pero también en el baloncesto y en el fútbol americano en Estados Unidos, deportes que tienen una demanda brutal y que se han convertido en auténticas industrias del entretenimiento por sí mismas. Todo ese dinero que se mueve ha propiciado que los dueños de los equipos los consideren empresas, más que clubes deportivos.

Y en este símil, toda vez que el deporte ya es una industria y un negocio más que un espectáculo, sus estrellas también están limitadas por su propio rendimiento. ¿Qué ocurre cuando un equipo ficha a un talentoso jugador joven por 30 millones de dólares y luego le paga 3 millones por temporada limpios para que juegue en sus filas, pero el chico, por lo que sea, no responde de la manera en la que ellos esperaban? Para evitar robos entre equipos, los clubes firman contratos realmente abusivos con los jugadores, especialmente cuando son jóvenes, por muchos años, y con una cláusula de rescisión enorme que aleja a cualquier otro club interesado. Sin embargo, la situación puede cambiar mucho en ese tiempo de contrato, y tal vez llegue un momento en el que el jugador se quiera marchar y el club ya no quiera gastarse tanto dinero en él. Es entonces cuando se utiliza la carta de libertad.

Condiciones al fichar por un club

Actualmente, para fichar de un club a otro lo habitual es que se llegue a un acuerdo entre ambas entidades, además de con el propio jugador, claro está. Ese acuerdo suele estar algo por debajo de la propia cláusula de rescisión, el precio que cualquier equipo puede pagar por ese jugador para llevárselo sin tener que negociar. Cuando el club tiene mucho poderío económico y no quiere alargar las cosas, directamente paga esa cláusula, pero hay ocasiones en las que prefiere negociar antes para sacar un mayor rédito de ese fichaje, no gastarse tanto dinero, ver si puede colocar a algunos jugadores transferibles en el traspaso

Es la manera habitual de hacer las cosas cuando hay contrato de por medio, pero en otras ocasiones, tanto el jugador como el club en el que milita llegan a un acuerdo tácito para desvincularse mutuamente. El club sale ganando, porque ya no tiene que pagar tanto dinero en ficha a ese jugador al año, y el deportista es ahora libre para irse a otro equipo, como puede hacer cualquier persona en una empresa normal y corriente, pasándose a otra si le ofrece un mejor salario o  un mejor puesto, pero evitando que esa otra empresa, en este caso el club al que quiere llegar, desembolse una cantidad grande por su traspaso. Así es como se consigue la carta de libertad.

La Carta de libertad

Dentro del deporte, la carta de libertad es el documento que un club expede a un jugador para desvincularlo de su organigrama y darle la libertad de fichar por el equipo que desee, sin necesidad de pagar un traspaso. Se trata normalmente de algo consensuado entre el club y el jugador, una solución bipartita que se encuentra a una situación compleja en la que desde el club no están conformes con el rendimiento del jugador según lo que le pagan, y el propio deportista tampoco se siente cómodo perteneciendo a la disciplina de ese club. Se trata de una rescisión natural del contrato previsto, a veces con una indemnización para el jugador, y en otras ocasiones simplemente por nada, permitiendo no obstante que el deportista pueda aprovechar para fichar por quien desee, sin que ese equipo al que va tenga que pagar nada por su llegada.

Condiciones de la Carta de libertad

Como en cualquier contrato profesional, cada caso será un mundo a la hora de obtenerse la carta de libertad. Este documento es un salvoconducto por el cual el jugador quedará desligado del club en el que está cumpliendo contrato antes de lo previsto. Ya hemos visto que se pueden dar dos casos. El  primero de ellos es que el jugador quiera marcharse y el club también desee desprenderse de él. Así, el acuerdo será mucho más fácil de negociar y ventajoso para ambos. Lo habitual es que ni siquiera haya indemnización por terminar el contrato prematuramente, gracias a lo que el club se ahorra en pagar y a la opción que le da al deportista de poder cambiar de equipo rápidamente.

Sin embargo, cuando el club o el jugador sí que quieren mantener el contrato, pero la otra parte quiere romperlo, la negociación de la carta de libertad se vuelve mucho más compleja. El club puede suspender de empleo y sueldo al jugador si se empecina en querer marcharse todavía con contrato, o el jugador puede obligar al club a negociar con otros por él. La única condición que casi siempre aparece como indispensable en los contratos para obtener la carta de libertad es la cláusula de rescisión, una indemnización que el propio jugador paga al club por terminar el contrato antes de lo debido, y que sirve como garantía para el primer club a la hora de retenerlo durante el periodo pactado.

Indemnizaciones a futbolistas

A veces, cuando se negocia la carta de libertad con un club, los jugadores piden una indemnización por parte del equipo, ya que se está rompiendo un contrato por el cual seguramente iban a cobrar de una manera muy ventajosa en los próximos años. Pero también se puede dar la situación contraria, la del club queriendo retener al jugador, mientras que el chico es el que se quiere marchar de todas formas, incluso perdonando ese dinero a deber de su contrato. Es entonces cuando el equipo pide la indemnización a cambio de la carta de libertad. En muchas ocasiones, esa indemnización coincide con la propia cláusula de rescisión que el jugador firmó en su contrato. Si el jugador paga la cláusula, evidentemente gracias al dinero que le ha dado el equipo al que se va, quedará libre y el club de origen tendrá que darle la carta de libertad sí o sí.